sábado, 27 de noviembre de 2010

OBRA DIANA PEÑA

POLVO ERES EN POLVO TE CONVERTIRÀS
Escrita por DIANA MARCELA PEÑA

PERSONAJES
LA MUJER: Mujer de aproximadamente 30 años de edad, va siempre vestida de blanco, creyente hasta la muerte.
EL ESPOSO: Hombre infinitamente amoroso y fiel a su esposa, LA MUJER.
EL HOMBRE: Entregado a dios totalmente, pero de actos dudosos.
JESÚS: El de la biblia

“EL APOCALISIS”
En una cocina blanca, con manchas rojas.

Se prenden las luces, LA MUJER camina desesperadamente de un lado a otro, se limpia ropa, manos y rostro con una toalla de cocina, las luces titilan en el escenario, se escucha una canción estrepitosa, LA MUJER se queda estática en el centro del espacio, a lo lejos se escucha un niño llorando y a una mujer cantando una canción de cuna; se escuchan rezos, aplausos, pasan danzando y cantando varios santos y vírgenes, se lanzan frutas, ollas, bolillos de lado y lado del escenario. Silencio total, al lado izquierdo de LA MUJER entre sombras aparece la imagen de la Virgen María con los vestidos ajados, pero sonriente y con un niño en brazos,  se lo entrega a LA MUJER, se escucha el Dios te salve María que se va distorsionando poco a poco hasta fundirse con la canción de cuna.  

ANTIGUO TESTAMENTO
LIBRO PRIMERO “GÉNESIS”
La plaza de un pueblo, en ella hay una gran fuente donde el Sagrado corazón de Jesús expulsa una sustancia roja; es día de mercado, hay mucha gente realizando diferentes actividades, entre la multitud se ve a un hombre corretear a un pajarito, el  hombre repentinamente cae a la fuente, todos paran sus actividades, se escucha un concierto de aplausos, se acercan al hombre y lo sacan de la fuente, lo cargan entre todos y le dan un paseo por la plaza, la gente empieza a cantar el aleluya.



LIBRO SEGUNDO  “MANDATO DIVINO EN EL AVERNO”
En una habitación totalmente blanca, sólo hay en ella la imagen del sagrado corazón de Jesús y La Virgen María.  EL ESPOSO entra.

EL ESPOSO: Nos llegó la hora
LA MUJER: ¿Como así?
EL ESPOSO: El mensaje divino, somos elegidos, el pajarito se bañó en la fuente.
LA MUJER: No puede ser. Bendito sea mi Dios.
EL ESPOSO: Sí, sí, sí, esta vez la fuente del averno no expulsó sus gases tóxicos, el pajarito se escapo de la jaula y me llevo a darme un baño; no te das cuenta de lo afortunados que somos, ahora nuestro destino es hacer el acto de amor.
LA MUJER: Pero es que …
EL ESPOSO: No hay pero que valga, no hay día con horas, no nos queda más que sacudir al pajarito del vino dentro de tu jaula, estoy tan ansioso, nunca pensé que me fuera a tocar a mí, a nosotros, debe ser una experiencia única, qué se sentirá, los afortunados dicen que es rico, pero no hay nada como vivirlo en carne propia, no lo puedo creer, no lo puedo creer.
LA MUJER: Yo menos, vivir con eso nueve meses, si que debe ser una experiencia única.
EL ESPOSO: Y lo es. No a todos le dan ésta oportunidad en la vida, y sólo se tiene una vida para dar vida a una vida.
LA MUJER: Yo daría mi vida por no tener que ..
EL ESPOSO: Bueno, mi cielo, salgo ya mismo a avisar en el trabajo que me ausento durante 24 horas, tú mientras tanto prepara todo, la cama, la comida, cierra las ventanas, que vamos a invernar.
EL ESPOSO sale, la mujer prende una velita al sagrado corazón de Jesús, saca una maleta y empieza a guardar ropa y demás cosas.
LA MUJER: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón ofenderte; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno, pero estoy dispuesta a pagar el precio de mi pecado y cumplir la penitencia que me sea impuesta. No quiero ir en contra de tu mandato divino, pero sabes que me pesa en la carne engendrar a un ser que no deseo, pues no creo en la bendición del pájaro, ni en la maldición del vino, para mí esas son obras del demonio, costumbres y creencias satanizadas de este pueblo. Creo sólo en ti, y no creo que el amor conlleve a la muerte, suficiente con que tú murieras por nosotros para limpiarnos de nuestros pecados; si me enviarás un ángel o alguna otra señal aceptaría mi misión como fiel obediente de tus mandatos. Confío en que mi fe hacia ti, me salve.
Reza el “Ave María”

VERSICULO PRIMERO  “BODAS DE CANAÀN”
En la misma habitación totalmente blanca, pero ya no está  en ella la imagen del sagrado corazón de Jesús ni de la Virgen. EL ESPOSO entra.
EL ESPOSO: Mi vida, ¿ya está todo preparado? ¿Dónde estás? Esta noche no debe haber sorpresas (Fijándose en que faltan las imágenes). Qué pasa. Sabes que hacer el acto de amor es de vida o muerte y sabes muy bien que sólo puedo hacerlo contigo, entonces no creo que sean apropiadas estas bromas, además se trata de algo que sólo se vive una sola vez en la vida, no te preocupes mi amor, que no te va a doler, el amor no duele, el amor es paz interior, el amor es lo que mantiene vivo el mundo, lo que nos mantiene vivos.
EL ESPOSO toma una copa de vino que está encima de la mesa, luego bebe la botella completa, llora, se come las uñas, se quita la ropa, come, vomita, come, vomita, quita el mantel de la mesa y se envuelve en él, se tambalea, unas gotas de sangre le empiezan a salir de la nariz, las limpia con un pañuelo, hasta que finalmente se queda dormido.
VERSICULO SEGUNDO “EXODO”
Se ve a LA MUJER sentada en una iglesia, lleva con ella la imagen del sagrado corazón de Jesús y de la Virgen María.
LA MUJER: Hoy es su entierro, pero no puedo enviarle ni siquiera flores, pues todo al igual que él se convertirá en vino. Ves porque te decía que era obra del demonio, no fue culpa mía su muerte, ese era su destino, y mi destino es servirte, consagrarme a ti, espero me perdones por haberlo abandonado, ahora me doy cuenta del poder de Satanás y de las maldiciones a las que ha condenado a vivir a pueblos enteros; perdóname señor mío, pero que puede hacer una si el único sueño que tiene en la vida es servirte a ti, yo quiero ser virgen durante toda mi vida, permíteme vivir tranquila en este nuevo pueblo y no ser presa de alguna maldición, que los únicos castigos que reciba sean por parte de ti.
No creía en la desgracia del vino, en que rebosara el cuerpo del hombre de tal manera que terminara desgarrándose, desangrándose; hubiese preferido que la maldición cayera sobre las mujeres desobedientes como yo, pero no en la carne de los hombres fieles como mi esposo; hombre bueno, de alma y sentimientos puros, hago esta súplica en nombre de él. Hoy, Dios mío, te has llevado a la persona que más amaba en este mundo y mi único consuelo es  la esperanza de que tú lo recibas en el seno de tu misericordia, y de ser digna de poder algún día reunirme con él; yo te ofrezco por él todas mis oraciones y buenas obras, principalmente mi resignación ante esta pérdida, que en cierta medida fue culpa mía.
Reza un Padre Nuestro y luego el Ave María
Dame tus ojos, Madre para saber mirar; si miro con tus ojos jamás podré pecar.  Dame tus labios, Madre para poder rezar; si rezo con tus labios Jesús me escuchará.  Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar; es tu lengua patena de gracia y santidad.  Dame tus manos, Madre, que quiero trabajar; entonces mi trabajo valdrá una eternidad.  Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad; cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.  Dame tu Cielo, Madre, para poder gozar; si Tú me das el Cielo ¿qué más puedo anhelar?
Dame a Jesús, Oh Madre para poder amar; esta será mi dicha por una eternidad.  Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
Señora mía, renuncio de una manera particular a los placeres del sentido y de la carne, para gozar del dulcísimo placer de amar tu infinita bondad; concédeme, el espíritu de mortificación y apartamiento del mundo, para poder un día formar parte del coro virginal que te seguirá y como corona te rodeará eternamente. Amén.

NUEVO TESTAMENTO
LIBRO PRIMERO “LA LECHE Y LA CARNE NO VAN JUNTAS”
LA MUJER se encuentra frente a la iglesia, en una plaza, en ella hay una fuente, lanza una moneda a la fuente y automáticamente una escultura de Cupido  lanza un chorro de leche a través de sus genitales que moja a EL HOMBRE que se encuentra  sentado cerca, LA MUJER al darse cuenta de lo ocurrido se acerca cuidadosamente al hombre.
LA MUJER: Disculpe, perdón, es que no lo había visto, además …
EL HOMBRE: (Muy amablemente y sonriéndole) Además no es de por aquí ¿verdad?
LA MUJER: Eh, sí, como lo supo
EL HOMBRE: Todos los que vivimos en  EL EDÈN (LA MUJER lo mira extrañada)     El Edén es el pueblo; sabemos que Cupido aquí no enamora con flechas sino con leche, la historia cuenta que antes aquí las mujeres  eran muy infértiles y que le pidieron a cupido no sólo enamorarse sino quedar en embarazo del hombre del que se enamoraran, probaron mil cosas pero nada funcionaba, un día sin querer una mujer derramo un vaso de leche en la fuente, y sin querer también, se cayó en ella y milagrosamente a la semana siguiente se entero que estaba en embarazo, entonces todas las mujeres del lugar empezaron a creer que había sido efecto de la fuente de agua blanca y buscaron la manera de ser todas fertilizadas sin tener que darse una ducha completa,  y finalmente encontraron la manera, como lo acabas de ver. 
LA MUJER: Y qué pasa cuando un hombre es bañado
EL HOMBRE: Tiene que buscar un vientre …
LA MUJER: Donde expulsar toda esa carga blanca (rìe). Que linda historia, pero cuáles son las consecuencias.
EL HOMBRE: Uh, eso ya es otra historia, pero no tan bonita como la anterior, aunque creo que debes saberla, por lo que acabas de hacer y en lo que te acabas de meter.
LA MUJER: Dios mío, por favor, que no se trate de más maldiciones.
EL HOMBRE: Si no encuentras un vientre las consecuencias son catastróficas.
LA MUJER: Espero que las catástrofes no sean aquí como en El Averno, mi pueblo, porque siendo así prefiero …
EL HOMBRE: No puedes escapar, ni te puedes salvar, o tienes sexo conmigo o en polvo te convertirás.
LA MUJER: ¿Qué? No, esto es una locura, por dios. Primero dime que significa el sexo para ustedes.
EL HOMBRE: Definitivamente soy uno de los pocos hombres afortunados, fui elegido, hoy me llego el día de contar la historia a una desconocida, y de hacer historia porque hace rato que aquí no pasa nada de esto. Aquí tener sexo es un regalo del cielo, es de las experiencias más excitantes que hay, todos, hombres y mujeres se mueren por hacerlo y es cuestión sólo de lanzar una moneda a la fuente. En realidad no es tan sencillo como parece, pues si te diste cuenta este pueblo está alejado de todo, muy pocos extranjeros llegan a él. 
LA MUJER: Pero qué tienen que ver los extranjeros con la fuente
EL HOMBRE: Uh, que aquí hay escasez de monedas; las mujeres vienen al mundo con una  sola moneda en su vientre, que es usada sólo cuando deciden quedar en embarazo. Los hombres aquí vivimos del deseo de ser elegidos por alguna mujer, y esperamos que Dios haga perder de vez en cuando a una mujer y que la conduzca hacia EL EDÉN.
LA MUJER: Por dios, háblame de las consecuencias que es lo único que realmente me interesa.
EL HOMBRE: Dios nos dijo, polvo eres y en polvo te convertirás y retornarás a la tierra de donde naciste. Si un hombre o una mujer llegan a ser regados, deben buscar el recipiente para vaciar la leche que es la fuente de vida, el fluido de la vida, la arcilla cuerpo  y carne del hombre, y empezar a esculpir  el monumento de la vida. Si no es así en polvo se convertirán.
LA MUJER: Gracias señor por bañarlo a él.
EL HOMBRE: Gracias a ti, por hacerme este cumplido y decir que soy atractivo, primera mujer que me lo dice.
LA MUJER: ¿Perdón? No entiendo a qué se refiere.
EL HOMBRE: No le acaba de agradecer a Dios por haberla puesto ante un hombre apuesto.
LA MUJER: Ah, no me refería a eso, me refería a que como usted fue al que bañaron, el problema es suyo.
EL HOMBRE: Cuál problema
LA MUJER: El de buscar el vientre
EL HOMBRE: Perdón pero yo tampoco la entiendo a usted, se puede explicar.
LA MUJER: Mire señor, con todo el respeto que se merece, le digo que no me interesa tener sexo con usted.
EL HOMBRE: Usted está muy equivocada, entiendo que de donde viene tal vez no conozcan el placer de tener sexo, pero entienda que como usted fue la que lanzó la moneda y a mi al que baño la fuente, ambos, por nuestras vidas, debemos esculpir nuestro monumento de vida.
LA MUJER: Pues yo no quiero. Señor líbrame de todo mal y peligro, Virgen Santísima protégeme.
EL HOMBRE: Pues le va a tocar de lo contrario, en polvo se convertirá.
LA MUJER: ¿Y a usted que le pasará?
EL HOMBRE: Perfectamente puedo buscar otro vientre (Ríe) Ahora el problema es suyo, o conmigo o muerta.
LA MUJER: Usted está loco, como se le ocurre que voy a tener sexo con un desconocido, y todo por una, una, MALDICIÓN, yo no creo en esas cosas.
EL HOMBRE: Bueno, veo que esta conversación no va para ninguna parte, así que mejor yo me marcho, de todas maneras piénselo bien, tal vez tendrá que buscarme cuando empiece a ver que su vida se desmorona, o a menos de que se quiera morir,  y para ese momento yo la estaré esperando, yo vivo en ese casa roja que se ve por allá, no dude en buscarme.


LIBRO SEGUNDO “SOY POLVO”
En una habitación totalmente roja, llena de cuadros religiosos y velas encendidas. Se ve a EL Hombre rezando, LA MUJER espera a que termine su oración.
LA MUJER: Perdón no quería interrumpir.
EL HOMBRE: No interrumpes nada, siempre serás bienvenida en esta casa.
LA MUJER: Perdón la pregunta, (irónicamente) pero ¿usted es creyente?
EL HOMBRE: En vida y muerte, estoy consagrado al señor.
LA MUJER: ¿En serio? que curioso, pues me pareció el otro día que su actitud no es la más apropiada para venerar al señor.
 EL HOMBRE: Mujer, no sé de dónde vienes tú, pero aquí las cosas son así y mi actitud no es nada inapropiada, el señor me quiso dar la oportunidad de experimentar una vez en la vida el placer y el privilegio de ser padre, de dar a luz a un hijo, no veo que hay de malo en esto, ni que hay de malo en emocionarse por la misión que vas a cumplir en la vida.
LA MUJER: Precisamente yo venía a hablarle a usted de eso.
EL HOMBRE: Si ya lo sé, usted no tiene otro motivo para venir aquí.
LA MUJER: Desafortunadamente me di cuenta que lo que me dijo el otro día es verdad, y ya que usted es creyente permítame decirle y desahogarme con usted al respecto.
EL HOMBRE: Yo no he venido a ser servido, sino a servir, la escucho.
LA MUJER: Paso lo que temía que pasara.
EL HOMBRE: Se está empezando a convertir en polvo. Yo también. Por esperarla  a usted
LA MUJER: Le agradezco de todo corazón. Después de que vi que todo era real, hable con el señor y él me mando unos mensajes claros, diciéndome que él deseaba que yo siguiera sirviéndole y que si no llevaba en mi vientre un hijo, no podía seguir con vida, pues él no podía hacer nada en contra de la maldición, pues esas eran cosas que ya le estaban designadas al demonio.   Y viendo que usted también esta entregado a él, pues acepto tener un hijo, pero quiero que tenga muy claro que es un hijo de dios y no suyo. Además tengo unas condiciones. Que nos casemos por la iglesia y formemos un hogar consagrado en el amor a dios. Yo entiendo que es difícil y entienda que para mí más, convivir con un extraño, pero es la única solución para la vida eterna, no desobedecer ni ir en contra del destino y de los estatutos divinos.
EL HOMBRE: Bueno, gracias a dios tomo la decisión correcta y más acertada, ahora lo que podemos hacer para alcanzar  la felicidad es tratar de amarnos entre nosotros, para que el hogar se consolide en el amor.
 LA MUJER saca una manzana muy roja y la muerde, El hombre se acerca y la besa apasionadamente

LIBRO TERCERO “LA CARNE NO SE COME, PERO SE COCINA”
En una cocina totalmente blanca, iluminada por velas.
EL HOMBRE: Será una noche inolvidable, mi amor.
LA MUJER: Bueno empecemos por preparar lo que nos vamos a comer. ¿Qué te gustaría esta noche?
EL HOBRE: Que tal una buena porción de espaguetis
LA MUJER: Perfecto entonces preparemos unas buenas pastas, bien húmedas, bañadas en caldo espeso y caliente que las vuelva desamparadas.
EL HOMBRE: Amén.
LA MUJER: Y después una rica ensalada de frutas, aquí están los melones, las fresas y la lecherita, alcánzame los bananos y la crema de leche. Hoy estoy antojada de comer rico.
EL HOMBRE: Estos últimos meses mantienes con antojos, pero tranquila que  para eso estoy yo, para calmártelos.
(LA MUJER saca ollas, cuchillos, tabla para picar, un bolillo, le pone una olla a él en la cabeza)
LA MUJER: Ahora tú eres la Reina de la cocina. (Con un cuchillo en la mano) Y ahora yo soy el jefe de la casa. Encendamos el fuego (Ella mete su mano en el pantalón de él, saca unos fósforos y prende la estufa; toma un pollo y lo empieza a despresar)
LA MUJER: Señor dios, ten a éste pobre animalito en tu gloria y perdónanos a nosotros los hombres por alimentarnos de él.
EL HOMBRE: Hoy pareces con más fuerza, pobre pollo.
LA MUJER: A esto no deberían llamarle pollo, parece un simple pajarito, no tiene el tamaño, ni la contextura, ni lo duro del pollo.
EL HOMBRE: Pero al fin y al cabo es comida.
LA MUJER: Comida que va a llenar mi estomago que se siente vacio.
EL HOMBRE: Es que tienes hambre por dos personas.
LA MUJER: Gracias a dios  ya casi  va a terminar, pues la verdad ya no soporto este peso, es demasiado para mis piernas debiluchas. Si los hombres supieran que es esto.
EL HOMBRE: No te quejes, que nuestra tarea tampoco es fácil, nosotros fuimos creados para guardar el equilibrio en estas situaciones, para hacerles a ustedes más llevadera la carga.
(Mientras preparan la comida se ve varias veces que LA MUJER se echa la bendición con un cuchillo, reza, lo afila cantidad de veces, se apaga una que otra vela y ella las vuelve a prender. En estos momentos se ve por el espacio deambular a  La Virgen. Ambos se sientan a la mesa)
LA MUJER: Padre, Dios mío,  tú nos llamas a estar juntos en esta mesa y has proveído estos alimentos. Que esta comida fortalezca nuestras mentes y cuerpos para que podamos hacer tu trabajo eficientemente. Da pan a los que tienen hambre y hambre de Dios a los que tienen pan. Siéntate en nuestra mesa, acompáñame en este acto que emprendo hoy y dame el valor suficiente para llevar a cabo y satisfactoriamente lo que hoy me has mandado a cumplir. Te lo pido por Cristo Nuestro Señor. Amén.
(Se sientan a lado y lado de LA MUJER, La Virgen y Jesús; EL HOMBRE y LA MUJER empiezan a comer y entre bocado y bocado, La Virgen empieza a lanzarle AL HOMBRE comida, el no se da por enterado.  LA MUJER toma el cuchillo que estuvo afilando todo el tiempo)

LIBRO CAURTO “EL AMOR VALE PLATA”
LA MUJER: No puedo creer de lo que fuiste capaz, después de que renuncie a mi sueño de consagrarme al señor por ti, engendre un hijo de ambos en mi vientre, y me pagas de esta manera; es que acaso olvidaste los mandamientos del señor, robar a tu propia esposa y para fines tan impuros  como los que movilizaron tu actuar.
EL HOMBRE: Mujer, fue la tentación de la carne la que me llamo a pecar, pero te juro que quería pecar contigo, pero muy tarde me di cuenta que en tu estado no se pueden tener relaciones sexuales y no me quedo más remedio que buscar otro vientre.
LA MUJER: Malditas las monedas, fui una tonta al permanecer con ellas, creí que podía ayudar, pensé que podría regalarlas a una que otra mujer que quisiera tener otro hijo o a una a la que se le hubiese negado el don de ser madre, las conserve pensando en el bien de los otros, pero nunca pensé que traerían el mal para mi, el mal para mi casa, para  mi hogar.
EL HOMBRE: Te juro que en el momento en que tome la moneda y la lance a la fuente sólo pensaba en ti, en hacerlo contigo.
LA MUJER: No pensaste en mí, porque de lo contrario me lo hubieras preguntado si estaba dispuesta a hacerlo.
EL HOMBRE: Te lo juro que pensé en ti y al darme cuenta que no se podía me desespere, miles de ideas diabólicas cruzaron por mi cabeza, pero si estuve con otra mujer, fue por ti y por el niño, no podía dejarlo sin padre y a ti sin esposo.
LA MUJER: El señor me ha dado la bendición del amor que  me ha obligado a perdonarte, pero me llevará tiempo sanar mi corazón. Además lo que me preocupa realmente es el otro hijo que tendrás, será un bastardo y él no tiene la culpa, nos condenaste a todos a vivir sin dignidad, el señor no te va a recibir en el cielo, pero como tan grande es mi amor por ti, es que te voy a perdonar, pero antes tendrás que hacer una cosa por todos, quemar todas las monedas que hay en esta casa.
EL HOMBRE: Todo lo que sea necesario para recuperar este hogar y tu amor, porque a pesar de que sólo te conozco hace 8 meses y  que aún no has dado a luz a nuestro hijo, mi amor por ti es infinito.


LIBRO QUINTO “LA INMOLACIÓN ”
Frente a la imagen de La Virgen y El sagrado corazón, iluminadas por velas.
LA MUJER: Virgen María, Madre mía, me consagro a ti  y confío en tus manos toda mi existencia. Acepta mi pasado con todo lo que fue. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios. Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor y con tu ayuda alcance la salvación.
Mientas LA MUJER está rezando, las imágenes de La Virgen y Jesús empiezan a moverse, se apagan las velas, todo queda oscuro
JESÚS: Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio. Por esto y no por otra razón que dar castigo y escarmiento a los traidores y probar tu amor y fidelidad hacia mí, para acogerte en el seno de mi corazón, es que te encomiendo la siguiente tarea.
Tu esposo por el que sacrificaste tu virginidad, te ha traicionado y en cambio tú lo has perdonado; yo te perdoné por haber abandonado a tu primer esposo y por haberte juntado nuevamente en comunión con otro hombre, cosa que no es permitida ante la iglesia, pero te perdoné porque siempre has sido fiel conmigo y porque no tenías otra opción que eso o morir a causa de la maldición del polvo. Hija mía, yo no quería que tu vida se moviera en desgracias, pero hay lugares donde yo no mando como EL AVERNO  y EL EDÉN, y desafortunadamente mi padre te ha puesto ahí para que pagases las deudas de tus vidas pasadas. Ahora te corresponde para pagar por el perdón que mi padre te ha dado, entregar en sacrificio a tu ser amado, que no contento con el dolor que te provocó de haber estado con otra mujer, guardo las monedas que le mandaste a quemar.
La Virgen  le entrega a  LA MUJER, una olla, un bolillo y un cuchillo.
LA MUJER: Acepto las renuncias y sacrificios que esta elección comporta y te prometo, con la gracia de Dios y con tu ayuda, ser fiel al compromiso asumido.


FIN