la cucaracha y el panadero

LA CUCARACHA Y EL PANADERO.

“Gustavo el panadero, llego en la mañana muy temprano a su lugar de trabajo. Enciende las luces y se prepara para su rutina medio dormido.”
GUSTAVO: (Bosteza) ¡Maldita sea! ¡Este es un oficio de mierda! El cliente siempre tiene la razón, eso dicen, que siempre tiene la razón. (Alistando los ingredientes) Pero ya van a ver. Me voy a vengar.
“De entre los ingredientes una cucaracha lo mira detenidamente. Ella es Lucia, una inquilina de más de veinte días que disfruta ver a Gustavo trabajar.”
LUCIA: (Aparte entre los ingredientes) ¿Qué te pasa hoy Gustavo? Puedes perder tu negocio.
GUSTAVO: Listo. (Gustavo va a escupir la masa cuando Lucia se atraviesa rápidamente escurriéndose entre la harina.)
LUCIA: no lo hagas Gustavo, eres el mejor panadero de la ciudad.
(Gustavo grita sorprendido.)
GUSTAVO: ¡Hablaste! ¡Hablaste! ¡Me hablaste a mí!
LUCIA: Hola, soy Lucia.
GUSTAVO: Hola. (Tartamudeando) Soy Gustavo.
LUCIA: No hagas esto Gustavo, tu hacer es mejor pan del barrio, de la ciudad, del mundo… Bueno, del que he probado.
“Gustavo se agacha a la altura de la mesa y la mira fijamente mientras que Lucia habla.”
LUCIA: En los veinte días que llevo viviendo aquí, he comido del mejor pan que hubiese probado, pero no te preocupes, no he manoseado nada siempre como las migas y he limpiado tu cocina en las noches cuando tú te has ido.
“Gustavo sin decir ni una palabra se clava un cuchillo en la mano.”
GUSTAVO: (Grito) ¡Ahhh! ¡Jueputa!
LUCIA: ¿Estas bien? ¿Qué te pasa? ¿Por qué hiciste eso?
“Gustavo con los ojos desorbitados se quita el cuchillo, un chorro de sangre salpica el lugar, agarra un trapo y se envuelve la mano, en shock sin decir nada.”
LUCIA: Tienes que ir a un Doctor. ¡Gustavo! ¡Gustavo! ¿Me escuchas?
“La voz de Lucia se empieza a distorsionar. Gustavo ha perdido mucha sangre, da un paso lejos de la mesa, apaga las luces y sale. Lucia desde la mesa.”
LUCIA: Y a este… ¿Qué le paso? Yo solo quería ayudar.